Putos Modernos | TV
A modo de pequeños retales de la vida posmoderna, emergen las contradicciones propias del postpostureo y se sobredimensionan los pequeños grandes problemas del Primer Mundo.
Un productor algo perdido trata de levantar su primera película pidiendo ayuda a lo mejorcito de la industria.
Un hombre entra en un apartamento donde lo espera una mujer que parece conocerlo. Las fronteras entre la ficción y la realidad desaparecen entre su propia vida y el deseo de vivir otra.
La razón de que el cliente tiene la razón solo tiene razón de ser si el cliente no tiene la razón pero al mismo tiempo tiene razón.
Lo que pasa cuando los influencers tratan de colarte un producto cualquiera en sus vídeos sin ningún atisbo de impostura.
Los empleados normales de una oficina normal se atiborran a manolitos para soportar las ansias de unas vacaciones normales.
Un día, un pájaro estaba pensando sobre la historia de nuestra tierra, la de nuestros antiguos, la del aceite de oliva.
Putos Modernos | TV
A modo de pequeños retales de la vida posmoderna, emergen las contradicciones propias del postpostureo y se sobredimensionan los pequeños grandes problemas del Primer Mundo.
El formato de micro episodios ya de por sí plantea un cuestionamiento sobre nosotros mismos y cómo consumimos las series. Es un reto para la escritura y la puesta en escena contar historias en tan poco tiempo. Supongo que también lo será para el espectador. O no. No lo sé. Me queda el regocijo de que nadie podrá pervertir el ritmo interno con velocidades de reproducción alteradas y entender algo al mismo tiempo. Esa distópica manía que dicen por ahí. El pulgar tranquilo, que pronto acabará todo. Tal vez, el próximo episodio dura veinticuatro horas, diez segundos, o ni siquiera existe. Ya veremos en qué acaba este divertido experimento en el que hemos podido reírnos de nosotros mismos y hacer emerger lo ridículos que podemos llegar a ser sin darnos cuenta.